A veces se confunden las propiedades del Ácido Hialurónico con las de la Toxina Botulínica. A continuación vamos a hablar de las diferencias entre ambos productos, según la Doctora Carmen Gorosabel, Médico Estético de la clínica Instituto MedicoEstético.
El ácido hialurónico es un polisacárido lineal natural en nuestro organismo, como muchos otros componentes. Está presente en la piel junto a las fibras elásticas y de colágeno. Es la sustancia más abundante en el tejido extracelular de la dermis. Se fusiona con el agua, y la combinación de varias cadenas de ácido hialurónico proporciona a la piel elasticidad y resistencia.
Tiene propiedades estabilizadoras, hidratantes y también lubricantes y amortiguadoras, por lo que se emplea en cirugía oftalmológica y en tratamientos contra la artritis. Se considera un producto de relleno beneficioso, aunque su reposición es necesaria con frecuencia. El ácido que se inyecta para rellenar arrugas o reponer volúmenes es tratado en el laboratorio, para entrecruzar sus moléculas y conseguir que sus efectos sean más duraderos.
Su empleo está autorizado en medicina estética para rellenar arrugas, cicatrices, depresiones y volúmenes faciales. También puede ser aplicado en grandes cantidades por cirujanos plásticos en glúteos o mamas. Es el caso del Macrolane. Los centros que utilicen el ácido hialurónico en sus tratamientos deben contar con una licencia sanitaria, y los médicos deben estar formados en la técnica de los rellenos.
Lo más habitual es que el ácido hialurónico no provoque efectos secundarios en los pacientes. Únicamente es frecuente la aparición de un hematoma en la zona tras el tratamiento. Raramente se producen infecciones o aparición de granulomas de la sustancia. Está contraindicado en personas alérgicas a este compuesto, en pacientes con antecedentes de cicatrices queloideas, infección o inflamación aguda de la zona a tratar, enfermedades autoinmunes, principalmente con afecciones dérmicas, etc.
La toxina botulínica, en cambio, no es un relleno, es una toxina. Se diluye en suero y se inyecta en los músculos, no en las arrugas. Está indicado para tratar solamente las arrugas de expresión, como las del entrecejo, pero se aplica sobre los músculos, que son los que provocan las arrugas al contraerse. Reduce y disminuye la contracción muscular.
Fuente: Carmen Gorosabel. Directora Médico Instituto MedicoEstético