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Muchas veces confundimos la celulitis localizada con la adiposidad, pero ¿cuáles son las diferencias? ¿qué tratamientos contra la celulitis localizada existen?. Damos respuesta a todas tus preguntas.

La grasa abdominal se hereda

“Quien a los suyos se parece, honra merece”. Clásico del ideario popular, ha tenido como muchos otros refranes una parte importante de verdad. Ya nuestros abuelos explicaban de forma sencilla lo que después sucedía en la práctica diaria y que muchos profesionales veíamos repetirse en nuestras consultas.

Se hereda una distribución de grasa corporal y al igual que el refrán, acierta en un alto porcentaje. Un volumen graso corporal localizado, bien abdominal o trocantéreo, copia a menudo la forma de nuestros padres como también copiamos sus gestos.

Diferencia entre grasa y celulitis localizada

Celulitis y adiposidad localizada, aunque pueden coexistir, no son equivalentes. La adiposidad, como ya dijimos, es un depósito de grasa en zonas específicas del cuerpo que produce una alteración de la figura y que resulta estéticamente inaceptable para muchas personas.

Habría entonces que diferenciar entre grasa y celulitis localizada, porque en este caso se podría hablar de un síndrome. Las pautas de tratamiento son también diferentes y conviene no confundirlas para que los resultados sean óptimos.

La adiposidad

Este trastorno localizado también se conoce como lipodistrofia y puede ser de dos clases. La llamada adiposidad primaria es consecuencia del efecto de las hormonas durante el desarrollo puberal. Suele mostrar un patrón hereditario y su localización más típica es lo que se denomina «en pantalón de montar», ya que se ubica en la parte alta y lateral de los muslos. Al ser de este origen, eliminar estos depósitos con los recursos convencionales, como son la restricción calórica y la actividad física, suele resultar costoso.

El segundo tipo de adiposidad es la secundaria, que aparece más bien en la edad adulta y que es consecuencia de malos hábitos posturales o de falta de ejercicio. Puede afectar a la papada y a la parte interna de los brazos, presentándose como los llamados «michelines», la también llamada adiposidad abdominal. Este tipo de acúmulo graso suele responder favorablemente a hábitos regulares como el ejercicio y la dieta.

Una adiposidad localizada es un volumen graso, dícese cartuchera, michelín, tratado popularmente. Se hereda, pero no está relacionado con un déficit circulatorio. Se trata con dieta siempre que tenga la adherencia a plano profundo suficiente y todavía participe del metabolismo general.

En el caso contrario los tratamientos indicados siempre van encaminados a la adipocitolisis: ruptura de la célula grasa. El abanico ya empieza a ser amplio, aunque básicamente hasta la fecha los tratamientos caminan por dos vertientes: una primera con plataformas de ultrasonidos, que mediante ondas sonoras generan burbujas que impresionan en la membrana del adipocito rompiéndolo, y la segunda es la química: detergentes que tienen una capacidad en cierto modo corrosiva y que también desestabilizan la célula grasa.

La celulitis

Su nombre científico es paniculopatía edematofibroesclerótica. Como su nombre indica, no es un mero depósito de tejido graso, sino un proceso multifactorial que implica acumulación de líquido, proliferación de tejido fibroso y endurecimiento del tejido celular subcutáneo.

De ahí su nombre: adipocitolisis. Lo más parecido a una liposucción aunque todavía diferente. No hay cánula, luego el drenaje y el compromiso del paciente tiene que cumplir su parte.

Pero ahora vayamos con la lipodermoesclerosis, palabra profesional que designa un síndrome cuya causa es básicamente circulatoria. Es la celulitis localizada que tanto protagonismo tiene especialmente en los meses previos al verano, pero que está presente siempre en mayor o menor grado.

Y he aquí la mayor complejidad de causas de la celulitis localizada.

Se hereda también la fundamental: la mala circulación, pero en ella confluyen múltiples factores: hormonales, medicamentosos, higienodietéticos y hasta emocionales.

Suele afectar a muchas partes del cuerpo, especialmente glúteos y muslos, evidenciándose en forma de nódulos y depresiones en las regiones afectadas. Mayoritariamente se observa en el sexo femenino y es de 4 tipos de celulitis:

Compacta

Es la que aparece al inicio del cuadro. Tiene una consistencia dura, se presenta en las caderas y puede ser dolorosa a la palpación. Afecta principalmente a mujeres con sobrepeso.

Flácida

Es blanda al tacto y se presenta especialmente en mujeres que hacen poco ejercicio físico y que pasan de los 40 años. Su localización principal son los brazos y los muslos y el fenómeno llamado «piel de naranja» es muy evidente en este caso.

Edematosa

Es de consistencia intermedia, afecta sobre todo a las piernas y suele ser de difícil tratamiento. Más típica de las adolescentes.

Mixta

Es la forma de presentación más recurrente y en ella se entremezclan los tipos mencionados.

Tratamientos contra la celulitis localizada

En este caso el tratamiento siempre debe ir enfocado a tratar primero el déficit circulatorio, con técnicas que combinen el drenaje linfático incluyendo componentes o maniobras que lo activen, junto con mecanismos lipolíticos. Estos cuidados muy diferentes del tratamiento que antes indicaba para las adiposidades localizadas. Aquí en la celulitis localizada se trata de adelgazar el adipocito y de drenar.

Nunca vamos a “curar“ la celulitis localizada por la imposibilidad de cambiar el origen multifactorial, pero liberamos el tejido de edema y de grasa esclerosada (fibras que clampan esos depósitos y forman la temida piel de naranja).

Tratamientos como la técnica clásica de mesoterapia, carboxiterapia, LPG o masaje subdérmico, Vela Smooth…por un lado, y coadyuvantes que trabajan la base del problema, esto es: presoterapia, drenaje linfático, contrastes térmicos y cambios desde actividad física, alimentaria hasta posturales por otro, son protagonistas para el tratamiento de la celulitis localizada.

Como tantas veces en la práctica médica no empecemos tratando. Se historia al paciente, y aquí está la base: no sólo lo que vemos, sino también lo que nos cuentan. Un mal enfoque de tratamiento no sólo puede no conseguir resultados, sino incluso agravarlos.

Liposucción

El tratamiento que brinda un mejor resultado en la adiposidad es la liposucción, con la cual se erradica el tejido graso acumulado localmente. Sin embargo, para la celulitis uno de los indicados con más frecuencia es la mesoterapia.

¿Qué es la mesoterapia?

La mesoterapia una técnica mediante la cual se inyectan en los tejidos subcutáneos pequeñas cantidades de medicamentos cuyo propósito es actuar a nivel vascular, linfático y celular. En los tratamientos de belleza de la piel y en la supresión de arrugas las inyecciones son intradérmicas.

Para tratar la celulitis se utiliza una combinación de sustancias y medicamentos que actúan activando el drenaje venoso y linfático, así como el metabolismo local. De esta manera, se logra la disminución del volumen de los depósitos grasos, la reafirmación de los tejidos y la eliminación del aspecto de piel de naranja.

Tipos de mesoterapia

El contenido de las microinyecciones es variable dependiendo del propósito que se busque, de la zona en tratamiento y de la experiencia del médico. Puede ser mesoterapia alopática cuando se usan principios activos que reducen eficazmente el volumen, aumentan la elasticidad y mejoran la circulación.

Por su parte, en la mesoterapia homeopática se utilizan medicamentos provenientes de plantas medicinales que mejoran la circulación periférica, estimulan la depuración hepática y actúan sobre las zonas fibróticas y esclerosadas del tejido conjuntivo subdérmico. En ambos casos los medicamentos pueden complementarse con minerales, fosfolípidos, aminoácidos y vitaminas.

Aplicación

Las sustancias administradas se inyectan mediante unas agujas muy cortas llamadas agujas de Lebel, que no penetran más allá de unos pocos milímetros.  En los casos en los que haya una gran sensibilidad debe aplicarse previamente una crema anestésica.

Las sesiones duran unos 30 minutos y se administran inyecciones suficientes para cubrir toda el área que se desea tratar. El número de sesiones es muy variable, pero en general se requieren, al menos, 12 para ver resultados, que en todo caso serán progresivos.

La mesoterapia puede combinarse con otros tratamientos locales como presoterapia, radiofrecuencia o carboxiterapia, estableciéndose una sinergia que potencia el efecto de los tratamientos administrados por separado.

Como vemos, tanto la adiposidad como la celulitis cuentan con tratamientos eficaces que, administrados por profesionales expertos y capacitados, logran la recuperación de la piel y de la silueta.

Dr. David Muñoz
Médico Estético

 

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