Decidimos eliminar el vello indeseado de alguna zona de nuestro cuerpo de manera permanente. Nos decantamos por la depilación láser por ser la técnica más efectiva. Acudimos a un centro médico estético con profesionales especializados donde nos realizan un análisis de acuerdo a nuestras necesidades. Llevamos a cabo los consejos y precauciones de los expertos. Nos realizamos el tratamiento y cuando finalizamos la sesión, ¿qué más?. Lo más fácil, ponernos aloe vera y evitar tomar el sol sobre el área depilada. El resto será historia.
Ya hemos mencionado las fases previas a un tratamiento de depilación láser. También hemos conocido cómo funciona el dispositivo láser en el momento de la sesión. Pero sólo queda saber dos sencillos pasos para que nos podamos olvidar del vello y la depilación para siempre.
Aloe vera
Tras cualquier método de depilación tradicional que arranque el pelo de raíz, la piel de la parte del cuerpo que ha sido rasurada se queda ligeramente enrojecida. Pues lo mismo ocurre después de una sesión de depilación láser. Pero este efecto suele permanecer sólo unos minutos, excepto en algunas personas, que se les alarga a un par de horas o, como mucho, un día, dependiendo de las características de su piel.
Para disminuir la rojez o, al menos que dure menos, es conveniente que el especialista o el propio paciente aplique un poco de aloe vera sobre la zona depilada al terminar la sesión. Hoy en día existen numerosas cremas, geles, lociones, que contienen este componente natural con excelentes propiedades, con el que se consigue calmar la piel.
Evitar el sol
El segundo punto, más importante de cara a la salud de nuestra piel, es que hay que evitar exponerse a la luz solar durante al menos tres semanas o un mes antes y después de cada sesión de depilación láser. Ahora en primavera además, es muy tentativo tomar los primeros rayos de sol pero, si incumplimos esta precaución, cometemos el riesgo de que surjan quemaduras y manchas irreparables.
Es recomendable aparte ponerse protección solar antes de salir a la calle después de una sesión, y aunque esté nublado, ya que uno no se da cuenta pero los rayos violeta del sol llegan igualmente a la piel.
Si empezamos en esta temporada primaveral un tratamiento láser, hay que suspender la sesiones en los meses de verano, y si se toma el sol, es aconsejable reanudarlas cuando el bronceado haya desaparecido.
Tras lo dicho, ya sea entre sesiones o finalizado un tratamiento con láser, podemos estar tranquilos y satisfechos de que nos vamos a volver a preocupar por nada sobre la depilación ni el vello.
Fuente: Agencias y Medios Especializados.