El objetivo de la depilación láser, es destruir los folículos pilosos, responsables del crecimiento del vello. Este objetivo se consigue gracias a la transformación de la energía láser en calor, que lleva a cabo la operación de inhabilitación.
Los efectos de la radiación láser en el organismo varían en función de la temperatura que se alcance:
– Con 45º se produce una vasodilatación.
– Con 50º se afecta el metabolismo enzimático celular, aunque las células se conserven.
– Con 60º aparecen problemas de funcionamiento de la membrana celular. Se desnaturalizan las proteínas y la célula muere.
– Con 70º hay una desnaturalización total del colágeno.
– Con 80º se produce necrosis de coagulación.
– Cuando se alcanzan los 100º, no solo hay necrosis, sino vaporización celular.
Según estos datos, para conseguir una depilación duradera, es preciso alcanzar una temperatura entre los 70-80º en los folículos pilsos.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el calor se disipa inmediatamente. La disipación del calor es más lenta en la piel, y más rápida en el folículo. Es importante conocer estos dos comportamientos a la hora de aplicar el láser:
1- La piel se calienta menos y tarda más tiempo en enfriarse.
2- El folículo absorbe más energía, se calienta más, y tarda más tiempo en enfriarse.
Una depilación láser eficaz debe ser lo suficiente potente como para conseguir la destrucción de los folículos con un solo disparo, sin dañar la piel. En el supuesto de que con un solo impacto no se destruya el objetivo, será preciso aplicar más disparos, pero con un intervalo de tiempo bien estudiado. Resulta esencial vigilar la temperatura de la piel, para evitar quemaduras y lesiones.
Factores clave en la absorción del láser
La absorción del láser en la depilación depende de tres factores: el color de la sustancia absorbente, su densidad y su composición química.
– El color de la zona tiene gran relevancia, puesto que existe un efecto de absorción absoluto y otro relativo. El absoluto consiste en que el láser, como cualquier otro tipo de luz, se absorbe más cuanto más oscuro es el objeto que absorbe. La absorción es casi del 100% en las superficies negras. En cambio, en las superficies blancas se refleja la radiación y prácticamente no se absorbe la energía. Este factor es decisivo en la depilación por láser, ya que el pigmento oscuro de la melanina es imprescindible para que el tratamiento funcione.
– La densidad de la superficie absorbente no es especialmente relevante en el caso de la depilación por láser, ya que se actúa sobre partes blandas de densidad homogénea.
– La composición del absorbente es de gran interés para la depilación por láser, por la capacidad de absorción del láser por parte del agua.
Parte de la radiación láser que llega a la piel se refleja, inevitablemente. Por eso hay que evitar las cremas y otros productos, que incrementan la reflexión, a la hora de aplicar esta tecnología. La radiación que no se dispersa, penetra en la piel.
Denominamos absorción a la energía que llega al organismo convertida en calor. Y llamamos penetración de la energía láser a la profundidad a la que actúa, en la que la radiación conserva entre el 30% y el 20% de la intensidad en la superficie de la piel.