La medicina estética no cura la crisis, pero alivia sus efectos psicológicos
Puede parecer un acto de frivolidad encontrarse en un apuro económico y buscar la forma de realizarse cualquier tipo de tratamiento de estética. Pero según algunos expertos, es una reacción natural del ser humano.
Cuando nos vemos angustiados y el pesimismo se puede mascar en el ambiente, es instintivo buscar la forma de encontrarse más feliz. Y para ello, nada mejor que sentirse guapo.
Cuando una persona se realiza la depilación láser como siempre había querido, o se hace por fin esa liposucción que tanto había soñado, de repente se encuentra deseable y deseada. Y esa sensación provoca que el cerebro segregue determinadas sustancias, como la oxitocina (conocida como la hormona de la felicidad). Esto es lo que provoca que durante un tiempo olvidemos los problemas y nos sintamos más felices y relajados gracias a nuestro nuevo aspecto.
Y la prueba de ello es que la estética es uno de los pocos sectores que no ha notado bajón debido a la crisis que estamos viviendo. Evidentemente, no es habitual que alguien deje de pagar las necesidades básicas para costearse una cara operación. Pero cada uno dentro de sus posibilidades, buscamos la forma de destinar una parte del presupuesto para mejorar nuestro aspecto. Aunque sea, simplemente, comprar unas sombras de ojos nuevas.
De hecho, lo que más ha aumentado son las intervenciones sencillas, de menor precio. Casi todo el mundo se ha hecho o se ha planteado hacerse una depilación láser de ingles o de axilas, una mejora bucal, un tratamiento adelgazante o incluso operaciones más complicadas.
Otros ejemplos en la historia
Y no es la primera vez que esto ocurre. Durante el famoso crack del 29, se dispararon las ventas de barras de labios, maquillajes y, como se decía en la época, afeites. Salvando las distancias, estos productos eran lo que había en aquellos tiempos para mejorar la imagen personal.
Sólo nos queda esperar que este año también aumente este mercado, y no porque la gente busque un consuelo, sino porque tenga una capacidad económica suficiente como para poder permitírselo sin ahogos.
Fuente: Agencias y Medios Especializados.