Uno de los conceptos más importantes en la formación de las personas que trabajan en la depilación láser es el cuidado de la piel. Tanto para este tratamiento, como para cualquier otro, la salud de la piel debe ser lo primero, ya que se trata de una de las partes del cuerpo más sensibles.
La depilación láser es uno de los tratamientos más habituales en los centros de estética. Además, es una disciplina que requiere conocimientos específicos, para que el paciente no corra ningún riesgo. Es imprescindible saber el funcionamiento de los aparatos láser y las propiedades de las frecuencias de cada uno de ellos.
Todo técnico o auxiliar debe respetar el protocolo de seguridad en cada sesión de depilación: emplear las gafas protectoras para los ojos, realizar la depilación solamente en pieles no bronceadas, delimitar las zonas a tratar con pintura, para no pasar dos veces por el mismo punto, identificar el grosor del vello, para ajustar la frecuencia y aplicar una crema hidratante al finalizar la sesión.
La experiencia de un técnico o auxiliar de clínica puede conocerse observando la soltura que muestra en la calibración de los aparatos láser, la rapidez con la que hace los disparos de láser, las recomendaciones que hace a los pacientes y el acabado de la depilación.
El personal de los centros de estética se forma también en la aplicación de otros tratamientos, como pueden ser los tratamientos faciales por medio de vapores, exfoliantes, máscaras, masajes, etc., las envolturas corporales con ropa caliente, láminas de plástico o mantas, que se aplican a diferentes partes del cuerpo. El sector es muy amplio, y requiere una preparación seria y eficaz.