La grasa visceral es la que se localiza en la zona abdominal alrededor de los órganos internos. Su localización hace que la barriga sea prominente, y es más frecuente en los hombres que en las mujeres, aunque el riesgo es muy similar en ambos sexos a partir de los 60 años.
Estos depósitos grandes de grasa visceral se asocian con complicaciones graves de salud, como hipertensión, problemas cardiovasculares y diabetes tipo 2.
Tipos de grasa
Es muy importante distinguir la grasa corporal o esencial, uno de los componentes principales de nuestro organismo que controla la temperatura corporal, protege los órganos del cuerpo y ayuda en los procesos hormonales. Esta grasa no es problemática, al contrario.
No obstante, hay tipos de grasa que sí pueden resultar en complicaciones para la salud. Básicamente podemos identificar dos, en función de su localización anatómica.
– La grasa visceral se encuentra en las profundidades de la cavidad abdominal, fuera del alcance y cerca de los órganos abdominales.
– Por el contrario, la grasa periférica se almacena en caderas, piernas, glúteos y brazos, y es más común en el sexo femenino.
¿Cómo saber si se tiene grasa visceral?
Para conocer si tenemos o no grasa visceral se pueden utilizar diversos métodos, tales como el índice cintura/cadera, la medida de la circunferencia de la cintura o el índice cintura/altura. Todos estos métodos son, además, buenos indicadores del posible riesgo cardiovascular.
El perímetro corporal ayuda a determinar cómo está repartida la grasa:
Perímetro de la cintura:
Se sitúa alrededor de un punto determinado del abdomen una cinta métrica. Generalmente se usa el punto medio entre la cresta ilíaca y el último borde costal. Según el valor que se obtenga, se determina si la acumulación de grasa es periférica o central.
Perímetro de la cadera:
Colocando al paciente de lado, se pasa la cinta métrica alrededor de las nalgas en su punto de máxima circunferencia y se toma la medida.
Altura, talla o estatura:
Se mide la altura del paciente y se calcula el índice definido como el cociente entre la altura y la circunferencia de la cintura. Los valores más altos de este indicador determinan un riesgo mayor de obesidad relacionado con patologías cardiovasculares.
¿Por qué es tan peligrosa la grasa visceral?
Los depósitos de grasa abdominal, como hemos visto, están asociados a complicaciones importantes de la salud, como las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes tipo 2 por resistencia a la insulina y los desequilibrios hormonales. También se asocia con niveles de colesterol LDL mayores y niveles de colesterol HDL menores, además de aumentar el riesgo de padecer cáncer de endometrio, de mama y colorrectal.
La grasa visceral es más peligrosa que la periférica dada su proximidad al hígado y a la vena que lleva la sangre desde los alrededores del intestino al hígado. Podrían pasar a la circulación sanguínea adipocitos o sustancias excretadas por los depósitos grasos, llegando al hígado y quedando retenidas; esto afectaría a los niveles de colesterol y grasa.
Control de peso, ejercicio físico y otros hábitos saludables
Para evitar estas consecuencias negativas es fundamental tomar la iniciativa y actuar en estos tres frentes.
Hacer ejercicio
Se pueden reducir los riesgos de almacenar tejido adiposo o grasas practicando ejercicio con regularidad. También se recomienda rebajar el estrés en la medida de lo posible y descansar un mínimo de ocho horas al día. Actividades como el yoga y la meditación ayudan a reducir los niveles de estrés y contribuyen a un estado de relajación que facilita el descanso.
Dentro de las tablas de ejercicio, recuerda que las actividades aeróbicas son las que ayudan a quemar calorías y eliminar grasa. También es muy recomendable caminar media hora al día a buen ritmo.
Elaborar y seguir una dieta
En lo que respecta a la dieta, es importante reducir el consumo de bebidas azucaradas y de alcohol, y controlar el nivel de colesterol. También deben evitarse los alimentos con alto contenido graso, y en especial de grasas saturadas como las de alimentos procesados, mantequillas de origen animal, fritos y embutidos.
Se recomienda seguir una dieta rica en calcio y fibra, con alto contenido en frutas, verduras, cereales integrales y carne magra. Dado que los requerimientos dietéticos varían para cada persona considerablemente es aconsejable consultar a un experto nutricionista, en Imestetico los tenemos en nuestras clínicas de adelgazamiento, clínica de adelgazamiento en Madrid, clínica de adelgazamiento en Sevilla y clínica de adelgazamiento en Barcelona.
No solo se trata de una cuestión estética, pues la obesidad y la grasa visceral son factores de riesgo para desarrollar enfermedades serias, por lo que es un problema de salud que debe ser solucionado.
Controlar el peso
Es fundamental quemar más grasa de la que se ingiere. Deben crearse hábitos saludables y alejarse del sedentarismo. Con pequeños cambios en nuestra rutina, podemos lograr grandes resultados.
Para llevar un control de peso, lo ideal es ponerse en manos de profesionales que diseñen un programa especial de reducción de peso. El tratamiento debe ser totalmente personalizado, y debe acompañarse de un seguimiento de los resultados obtenidos.
Se debe buscar un método que integre, como hemos visto, el ejercicio físico y los hábitos alimentarios saludables. Cada persona es única y responde de diferente manera a los alimentos que consume. Por esa razón no es recomendable seguir dietas estándar, sino dietas adaptadas a las necesidades de cada paciente.
El profesional evaluará el estado nutricional del paciente para diseñar su dieta, teniendo muy en cuenta su estado fisiológico, sus gustos personales y sus posibles intolerancias o alergias. De esta forma se comprometerá a ayudarle a adquirir unos hábitos alimentarios correctos y que puedan ser mantenidos en el tiempo con el menor esfuerzo posible.
Concluyendo, podríamos decir que si crees tener problemas de obesidad o de acumulación de grasa visceral, lo recomendable es ponerse en contacto con profesionales que resuelvan todas tus dudas y te asesoren sin compromiso.