Muchas personas sufren un problema conocido como la hiperhidrosis, que básicamente consiste en un exceso de sudoración que no tiene por qué ir relacionado con un aumento de la actividad física o de la temperatura.
Este problema es muy incapacitante y genera muchas inseguridades a aquellas personas que lo sufren, ya que no importa la situación en la que se encuentren (en una entrevista de trabajo, hablando con alguien, durante una cita…), pueden empezar a sudar tanto que lleguen a empapar toda su ropa y su cabello.
Las causas de la hiperhidrosis
Hay diversas causas de hiperhidrosis o sudoración excesiva, pero todas ellas pasan por una activación de una parte del sistema nervioso conocido como sistema nervioso autónomo, que aumenta su actividad y provoca la conocida como hiperhidrosis focal primaria o esencial. Este tipo de hiperhidrosis tiene una predisposición genética, por lo que el hecho de que algún familiar cercano lo sufra puede aumentar la posibilidad de que aparezca.
Otras enfermedades que se relacionan son: diabetes, la menopausia, bajo nivel de azúcar en sangre, hipertiroidismo…
Además, todas ellas se ven agravadas por diferentes situaciones, como son: estrés, tensión, ansiedad, etcétera.
Las zonas más afectadas: síntomas
Todas las diferentes causas de hiperhidrosis provocan una mayor sudoración en determinadas zonas que son, lógicamente, las que tienen una mayor densidad de glándulas sudoríparas. Por eso, es muy frecuente la hiperhidrosis palmar o de las zona de las manos, la hiperhidrosis axilar (sudoración excesiva en las axilas)… entre otras.
Los tratamientos de la hiperhidrosis
Para aquellas personas que sufren hiperhidrosis, existe una solución. Se puede aplicar un tratamiento para la hiperhidrosis específico para cada caso que mejorará o incluso llegará a solucionar el exceso de sudoración.
Pero antes de hablar de los tratamientos frente a la hiperhidrosis, debemos tener en cuenta una serie de consejos que pueden ayudar a aminorar todos los síntomas de esta enfermedad:
- Utilizar prendas frescas que permitan que la piel transpire.
- Mantener un hogar fresco y bien ventilado.
- No consumir alimentos demasiado calientes o alcohol, café, tabaco o picante, ya que todo ello estimula la producción del sudor.
- Intentar disminuir los factores estresantes del día a día.
- Mantener una higiene personal extrema, utilizando incluso en varias ocasiones al día desodorante para prevenir el exceso de sudoración.
Pero si el problema alcanza la suficiente intensidad como para necesitar la ayuda de especialistas, estos son los mejores tratamientos:
Toxina botulínica para la sudoración
La toxina botulínica en hiperhidrosis puede ser aplicada de manera local intradérmica de forma ambulatoria; es decir, no es necesario pasar ninguna noche en el hospital, tan solo debemos acudir puntualmente a la consulta de nuestro médico). En tan solo 15 minutos se realizará la inyección del bótox, y veremos casi instantáneamente sus efectos.
El bótox consigue inactivar las glándulas sudoríparas de la zona donde es inyectado, consiguiendo que estas se mantengan en stand-by durante al menos seis o siete meses. Además, tiene una eficacia cercana al 100% de los pacientes en los que se aplica.
En cuanto la persona vuelva a notar una sudoración excesiva en la cara y en la cabeza, en las axilas, en las palmas de las manos o una sudoración excesiva nocturna, se recomienda que se vuelva a aplicar más toxina botulínica para la sudoración. (Propiedades del Botox)
Operación de la hiperhidrosis
Si eliminamos los nervios que inervan las glándulas de la zona en cuestión, estaremos eliminando de manera definitiva el exceso de sudoración.
También se puede optar por eliminar las propias glándulas sudoríparas o aplicar radiofrecuencia para la hiperhidrosis, que de manera externa terminará por atrofiar las glándulas y, por tanto, disminuiremos la cantidad de sudor.
En cualquier caso, esta es una cirugía para casos realmente graves en los que la persona no puede hacer vida normal. Por ello, es habitual que los expertos recomienden a las personas con hiperhidrosis localizada la toxina botulínica, ya que se trata de una intervención extremadamente sencilla que no tiene implicaciones ninguna para el paciente.
Estos son los diferentes tratamientos para combatir la hiperhidrosis o sudoración excesiva, que deben de adaptarse a las necesidades particulares de cada persona. Para ello, lo mejor es ponerse en manos de expertos que nos asesoren al detalle y nos eviten cualquier riesgo innecesario.